viernes, 30 de septiembre de 2011

Sobre los valores, la disciplina y las reglas.

Siempre busco material que pueda servir a la Escuela de Padres. En esta época de crisis de valores, es muy importante el papel que juega la familia como núcleo de formación ciudadana. El texto a continuación es un correo adaptado. No soy amigo de esto, pero el mensaje es claro y vital para aplicar en la formación de nuestros hijos. Así que he lo aquí:
"Una mujer de 55 años visitaba a su hijo de 23 en la cárcel. Él estaba ahí por homicidio culposo ya que había atropellado a un niño al entrar a alta velocidad en una calle en sentido contrario tratando de escapar de una patrulla que lo perseguía por haberse pasado un alto.

El hijo: Sabes mamá, yo no soy un asesino premeditado ni un maldito desalmado, solo que ya concluí que estoy aquí porque aprendí y me acostumbré a romper reglas y a no cumplirlas jamás sin ningún límite.

La madre: Ay hijo! es que de chiquito te ponías tan difícil, cada vez que yo te daba una orden o una instrucción, me desafiabas y  hacías unos berrinches tales que yo no lo soportaba y te dejaba hacer y deshacer con tal de evitarme conflictos y de que estuvieras calladito y complacido para que tu papa no me dijera: calla a ese niño !!!.  Cuando niño te decía:

1) cómete tus verduras para que crezcas sano y fuerte, me decías: Yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa, ¡déjame en paz!
2) recoge tu cuarto: No voy a recoger nada, así estoy contento, ¡si quieres recógelo tú!  
3) No destruyas las cosas, cuídalas. No me importa yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas gritaré y lloraré hasta que me las compres.  
4) En esta casa se hace lo que yo digo: No mamá, no lo haré ¡ya no te quiero y si me hablas así, me voy a ir a otra casa!

Y así siguió la lista interminable de instrucciones y respuestas a lo largo de la vida de este hijo rebelde y padres pasivos. Flojos y blandengues.

El hijo: ¡basta ya mama! solo dime ¿cómo fue que siendo un adulto le creíste y obedeciste a un niño tan chiquito...?

Para reflexionar:
Si tu hijo  estuviera a punto de caer en un precipicio y tu lo estuvieras sosteniendo de la mano:  ¿Lo apretarías con todas tus fuerzas o le detendrías la mano suavecito para que no le duela?
Lo mismo pasa con los valores, la disciplina y las reglas. Sé responsable y apriétalo fuerte y lo salvaras del precipicio de la vida en sociedad, porque nadie a quien él dañe con su indisciplina va a tener compasión de él.  Si tú, que le diste la vida y lo amas,  no soportas sus berrinches,  ¿Qué te hace pensar que los demás lo harán?
 
Un grito a tiempo, unas nalgadas, un castigo bien impuesto, sin afán de maltratarlos o herirlos sino por "su bien", Tal vez deje una pequeña huella pero los hará sentir seguros y bien claros sobre la diferencia entre el bien y el mal. y a la larga,  sabrán que si los cuidas y los educas bien es porque los amas y no porque te importa más tu comodidad y tu tiempo libre.
Evítales la infelicidad de la disciplina impuesta por la sociedad y/o la ley o hasta la muerte a manos de otros o el suicidio por la culpa de sus propias faltas."
Aprovecho la oportunidad para dejarles estos dos enlaces para que lean más sobre el tema:



Espero les haya servido. Hasta pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario